Greetings friends of Silver Bloggers

This week's Memoir Monday invites us to reflect on How has our worldview evolved over time? Memoir Monday #32 (10/14-10/20) - How has your worldview evolved over time?, a topic that the more you think about it the deeper it becomes because of the internal and external implications it means. Below I share with you part of this vision.

To find my common thread, I try to focus on the term evolution, placing myself in that past, in what I thought, what I believed and what led me to act in a certain way. When I was twenty years old, I thought that the world was a place full of opportunities, with a great tendency to be fair and just, where by accumulating academic and labor merits I could achieve, not without effort, but with ease, the challenges I set myself.

Today I still think that there are infinite opportunities, only now I do not think it is so easy or that the world is very fair, equitable and respectful of merits. Could this be a characteristic of a greater understanding of the world and its dynamics, or a process of involution of mine?

When I was a young girl and a dreamer, I firmly believed that the world was moving towards the eradication of the social scourges that have always accompanied humanity: hunger, disease, human trafficking, slavery, among others. That society and those of us who make it up had a common and general goal, to come closer to peace every day.

Possibly, being a child of the sixties and of development in the seventies, I believed the dream of the moment based on the slogan “Peace and Love”, with its famous and remembered symbol, an ideology that offered social equality and a clear and marked rejection of war. No, I do not believe that my vision of the world has involuted, it simply adjusted to the realities and experiences of my times.

At some point my vision of the world changed, utopias had already collapsed, if I wanted peace and love, I was the one who had plenty to give and what better place for it than a school full of boys, little by little it was installed in my little students, they required me to give them opportunities for something different, an idea that was consolidated with force when I entered the public education system.

I entered the public school in a small town called Mariara, which is located between two big cities, Valencia and Maracay, where I live. The school was new and was within a newly created popular urbanization, the houses were assigned to families whose main characteristic was: mothers with more than two children and single. Another characteristic of the area was that it was called a “red zone” because of its high crime rate.

When I started working, my vision and mission was already clear: to give my students, through the learning process, rewarding and meaningful educational experiences, to learn in an experimental and dynamic way. My academic training based on constructivist and humanistic learning theories contributed to this idea. I feel that I fulfilled it until the moment I retired.

Parallel to that, a new vision of the world was forming, a vision that pointed more towards myself: the world and circumstances are no longer completely determinant for your doing and feeling, it is your perception and interpretation what mediates reality, what makes it what it is.

A complex idea in itself, which like the others does not arise spontaneously, it arises from a contextual reality that encompasses me, that often suffocates me and that looking for that fresh and soft air that gives peace, I decided to look for it within myself.

En Español

Saludos amigos de Silver Bloggers

El Memoir Monday de esta semana nos invita a reflexionar sobre ¿Cómo ha evolucionado nuestra visión del mundo a lo largo del tiempo? Memoir Monday #32 (10/14-10/20) - How has your worldview evolved over time?, un tema que mientras más lo piensas más profundo se vuelve por las implicaciones internas y externas que ello significa. A continuación les comparto parte de esta visión.

Para encontrar mi hilo conductor, trato de centrarme en el término evolución, ubicándome en ese pasado, en lo que pensaba, creía y que me llevaba actuar de determinada manera. En ello me veo como mucha inocencia, a los veinte años pensaba que el mundo era un lugar lleno de oportunidades, con gran tendencia a lo equitativo y justo, donde al acumular méritos académicos y laborales podía conseguir, no sin esfuerzo, pero sí con facilidad, los retos que me planteaba.

Hoy en día sigo pensando que hay infinidades de oportunidades, solo que ahora no creo que sea tan fácil o que el mundo sea muy justo, equitativo y respetuoso de méritos. ¿Será esto una característica de una mayor comprensión del mundo y su dinámica o un proceso mío de involución?

Cuando era muchacha y soñadora creía firmemente que el mundo caminaba hacia la erradicación de los flagelos sociales que siempre han acompañado a la humanidad: el hambre, la enfermedad, la trata de personas, la esclavitud, entre otros. Que la sociedad y quienes la conformamos teníamos un fin común y general, acercarnos cada día a la paz.

Posiblemente, por ser hija de los años sesenta y de desarrollo en los setenta, me creí el sueño del momento basado en la consigna “Paz y Amor”, con su famoso y recordado símbolo, una ideología que ofrecía una igualdad social y un claro y marcado rechazo hacia las guerras. No, no creo que mi visión del mundo haya involucionado, sencillamente se fue ajustando a las realidades y vivencias de mis tiempos.

En algún momento mi visión del mundo cambió, ya las utopías se habían derrumbado, si quería paz y amor, era yo la que tenía de sobra para dar y que mejor lugar para ello que una escuela llena de muchachos, poco a poco se fue instalando en mis pequeños alumnos, requerían que yo les diera oportunidades de algo diferente, idea que se consolidó con fuerza cuando entre al sistema educativo público.

Ingresé a la escuela pública en una pequeña ciudad llamada Mariara, que se encuentra entre dos grandes ciudades, Valencia y Maracay, donde vivo. La escuela era nueva y estaba dentro de una urbanización popular recién creada, las casas eran asignadas a familias cuya principal característica fueses: madres con más de dos hijos y solteras. Otra característica del sector es que tenía la denominación de “zona roja”, por su alta peligrosidad delictiva.

Cuando ingresé a trabajar, ya mi visión y misión estaba clara, darle, a mis alumnos, a través del proceso de aprendizaje, experiencias educativas gratificantes y significativas, que aprendieran de un modo experimental y dinámico. En esa idea contribuyó mi formación académica basada en teorías constructivistas y humanistas del aprendizaje. Siento que lo cumplí hasta el momento en que me jubilé.

Paralelo a ello, se fue formando una nueva visión del mundo, una visión que apuntaba más hacia mí misma: Ya el mundo y las circunstancias no son completamente determinantes para tu hacer y sentir es tu percepción e interpretación lo que media la realidad, lo que hace que sea.

Una idea compleja en sí misma, que al igual que las otras no surge de manera espontánea, surge de una realidad contextual que me abarca, que muchas veces me asfixia y que buscando ese aire fresco y suave que da la paz, decidí buscarla dentro de mí.